Se
nos congeló la sangre
y
me dejaste más agrietado de lo que estaba.
Fue
la cera fresca de tus besos que obtuve
mientras
volaba,
rayando
poemas en mi corazón,
cantando
historias llenas de heroísmo
y
misticismo.
Historias
inconclusas que no sé si tendrán
un
final o quedarán abiertas como las heridas de mi alma.
Oh,
por Dios, ¿por qué eres tan ciega?
¿Por
qué tienes que hacerme esto?
¿Por
qué eres tan fría?
No hay comentarios:
Publicar un comentario