Las mujeres, por lo general,
reemplazan cosas pasadas con bonitas fotos de ellas sacadas por sí misma,
muchos me gusta de Facebook y comentarios bonitos hacia ella. Un hombre, por lo
general, sólo se preocupa de que nunca se acabe el vino y la buena suerte.
Escrito por
Felipe Cortés Santander
,el
6/25/2013
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Manifiesto
Odio los comerciales donde las
familias son jóvenes, regias, sin problemas, sin cicatrices, mostrando sus
joviales sonrisas, como si todo estuviera bien en este puto país o en este
maldito mundo. Los odio como los políticos, siempre tan cínicos, tan perros,
dispuestos a cagarnos violando nuestra fe, nuestra sed de cambio, rompiendo
nuestros sueños por sus sueños, por los de otros aún más grandes que ellos,
haciéndonos sentir que somos nada, insuficientes, inútiles.
Odio a las mujeres que se hacen ver como las víctimas de
la vida, cuando actúan de la misma forma que tanto aborrecen cuando les tocan
un pelo; odio que siempre tengan una excusa para sus males; odio que tengamos
que ser tan cuidadosos con ellas, cuando ellas, muchas veces, ni siquiera son
cuidadosas con nosotros.
Odio a los zorrones que se creen flaites, con su
vocabulario de mierda, intentando parecer reales, auténticos, cuando nunca han
sufrido un mal por la vida, creyendo que ser pobre es cool, es genial, que tener que tomar en la vía pública por no poder
pagar un buen vaso de cerveza en un miserable pub es lo más divertido del
mundo, que todo es posible con un discurso barato, sacado de libros que jamás
han leído y con suerte conocen, con sus chalecos de lana, con sus mensajes
antisistémicos y antipolíticos escuchados a la mala por ahí; así como también
odio a los flaites que con algo de plata se creen lo mejor del planeta, los
reyes del mundo, malgastando toda su mierda en horas, malpensando su futuro,
creyendo que la plata reemplaza la educación que no recibieron, creando así un
ciclo de mierda generacional que al parecer solo crecerá con el paso del tiempo.
Me da rabia que extranjeros vengan a nuestro maldito país
para hacerlo mierda a cuesta del sudor de nuestros propios padres, hermanos, familiares,
para forrarse en plata, nuestra plata, nuestra tierra, nuestro sufrimiento,
nuestras propias lágrimas.
Odio que el Gobierno se lave las manos (vaya ironía)
diciendo que el futuro de la sequía y el cuidado del agua dependen casi
principalmente de nosotros, poco menos diciendo que si el agua, tan vital
recurso, llegara a acabarse, recaerían sobre nosotros todos los pesos de la
conciencia por permitir tal caos, cuando son ellos los que permiten que las
mineras chupen día y noche, día y noche el agua de milenarias napas
subterráneas, dejándolas secas, perdidas en el anonimato, obsoletas; cuando son
ellos los que permiten que las mineras ensucien nuestros ríos, litros y litros
de vida sin siquiera pagar un puto peso por ello… Pero somos nosotros los que
tenemos que racionar el agua, privarnos de la ducha que nos despierta
forzosamente cada puta mañana, de ese vaso de agua que nos quita la sed, de la
maravillosa sensación de regar las plantas y flores de nuestros jardines…
Odio que la delincuencia gobierne más que cualquier otra
cosa en nuestras calles, que tengamos que vivir con miedo, encarcelados en
nuestras propias cosas, con caros sistemas de seguridad que no nos dejan dormir
tranquilos por las noches, aun cuando el cansancio parece consumirnos cuando no
hay ajetreo.
Odio los noticieros, la información errada de los
diarios, el que los millonarios puedan manejar a la gente mediante las palabras
y sus mensajes entre líneas.
Odio el maldito sueldo mínimo que nos ata a una vida de
mierda, que nos hace pelearnos entre nosotros mismos, entre los que somos
pares, cegándonos, haciéndonos perder de vista el verdadero enemigo que son los
multimillonarios más poderosos del mundo que nos tienen viviendo como ratas en
este sótano tercer mundista con sueños de grandeza.
Odio que la gente siga pensando que comer carne-no-animal
es algo afeminado, como una moda sin sentido, como algo que muchos usan para
llamar la atención, y que el comer un animal procesado por sucias máquinas es
lo más macho que puede existir, cuando lo que se echan a la boca está lleno de
mierda de ratas, lleno de bacterias, lleno de basura antinatura.
Odio a las personas que en Facebook revelan hasta el más
mínimo detalle de sus vidas, haciendo del medio social un burdo diario de vida…
Aborrezco el regetón, los imbéciles que ahora escuchan
música electrónica y que cuando iban en el colegio te molestaban porque la
escuchabas, diciendo que era de maricas, que era de mujeres, de homosexuales…
Odio las discos zorronas y los jóvenes que suben las
fotos del sábado anterior en ellas como luciendo lo genial y falsas que son sus
vidas…
Odio que exista el bullyng y toda la mierda que enraíza tanta
rabia en el corazón de personas que no lo merecen. Odio que tengan que morir
niños por culpa de esto, por culpa de imbéciles que se creen superiores y
padres y adultos que siguen creyendo que el mundo sigue bien, que no hay nada
malo, que sus hijos son los mejores, halos sobre sus cabezas.
Me enferma que hayan tantos ancianos en esta vida que no
son cuidados por quienes deberían, que hayan personas que vivan hacinadas en
casas de mala calidad, que existan personas que sufran de hambre cuando
millonarios se llenan la panza de pollo y más de tres platos por comida (sin
incluir postres), que hayan personas que no puedan estudiar por tener que
trabajar, por no tener plata, que vagabundos mueran de frío en las calles sin
siquiera ser recordados, que los animales pierdan sus hábitats, que la gente
prefiera el cemento y no los árboles ni las flores ni el pasto, que el sentido
de la evolución solo sea destrucción, que ya no haya ningún sector virgen en el
mundo, que la fe haya sido vendida por un puñado de dinero al mejor postor, que
haya que tener que dar gracias a un jefe de mierda por una mierda de sueldo,
que el consumo de las drogas que nos mantienen libres sean penalizadas por la
ley, quitándonos lo último que nos queda, que las cosas hayan perdido el
sentido, que la vida haya perdido su sentido, que no nos demos cuenta que
estamos contaminados… que no nos demos cuenta que estamos llenos de mierda y
que podríamos matarnos unos con otros sin siquiera darnos cuenta…
Escrito por
Felipe Cortés Santander
,el
6/24/2013
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