Ella imaginada

La vi vagar por las montañas,
con su chaleco de agua y manantial.
La vi jugar con niños,
ataviados de árbol y vendaval.
La casa en que vivía
era pequeña y austera,
construida dentro del bosque
con su paz y razón certera.
Pocos llegan ahí y logran verla,
pocos llegan ahí y logran sentirla.
Soy el único que ha llegado a tenerla,
porque es mía, mi imaginación, y ella dentro de ella.

Adiós


Imagen de diosa en cuerpo de niña,
tranquilidad estival en tus pupilas.
Tráeme el calor que nace cada año en tu sonrisa,
tráeme el amor que muere cada año en tus mejillas.
Imagen brumosa entre pétalos de rosas,
entre sueños invernales y marejadas penosas.
Déjame ir de tus sueños sin pesadillas,
para poder morir en esta tierra podrida.
Déjame vivir fuera de tus aires primaverales,
y así poder caminar fuera de tu vientre
[y sentir en mi todos los santos males.
Imagen de niña en cuerpo de flor,
te levantas por las mañanas y te escondes
[al ponerse el sol.
Sueñas y pides deseos imposibles,
duermes y sientes cómo un caminante errante se va
[sin despedirse.

Dejar

--¿Dejarías el copete por mi?
Mi polola me miraba con sus ojos vidriosos, queriendo escuchar una respuesta afirmativa. Pero no podía mentirle a esos ojos, no podía. Una vez le había dicho que siempre iba a ser sincero con ella.
--Jamás –le respondí, tomando con fuerza sus manos, recordando todos mis shows que ella había presenciado cuando me encontraba en estado de ebriedad.
Pareció como si un cuchillo hubiera atravesado su pequeño corazón: rompió a llorar, soltó mis manos y se levantó. Me lanzó una mirada de odio y me dijo:
--¡Entonces quédate solo! --y se fue casi corriendo.
No entiendo por qué mierda me hinchó tanto las pelotas para que fuera sincero con ella, si después se enoja y llora por lo que le digo. De verdad, las mujeres son un cacho. Más encima, yo soy el que me curo, no ella.

Por la chucha...
Pero no importaba, pensé mirando la palma de mi mano derecha: sabía que no me había quedado tan solo después de todo.