Existes
a través de mis palabras,
no
más por la vista.
El
desconsuelo, la tristeza,
el
tacto perdido que nos hace extraños,
el
que hace que una historia
vuelva
a empezar de nuevo,
día
a día,
largo
a pequeño,
empequeñeciéndonos,
volviéndonos
marchitos en caminos separados,
tomando
el café medio helado,
la
leche se vuelve agria,
llegamos
atrasados cuando queramos.