Soñé que volaba por cielos inmensos,
entre nubes y planetas.
Soñé que podía ver los colores del arcoiris,
del mar y el de los bosques,
con ver la infinita luz del sol
y sentir el sabor de las frutas en verano.
Soñé que no estaba enterrado bajo tierra,
bajo un océano de sangre,
que nada había ocurrido,
y que al abrir los ojos nada me había cegado.
Soñé con extender mis manos y escribir un libro,
abrir la boca para crear una obra maestra.
Soñé con la igualdad de la sociedad entera
y que un día podía descubrir qué era el amor.
Soñé que podía soñar despierto,
y que alguna vez iba a poder llegar a caminar entre los vivos.