No sabes cuándo brilla el camino hacia ti, ni cuándo mis labios se curvan en una risa sincera. Matas el halo de un disparo por unas cuantas visiones sin sentidos y vuelves todo en contra y lo vistes como el flujo del destino. Eterno retorno. O como se llame. Esto ha sido la gota que rebalsó un vaso ya muy rebalsado. El cariño se prende odio en menos de que se esparce del alba el primer rayo.