Tus besos

Nada puede quitarme el dulzor

de tu sonrisa,

ni el sabor a tabaco y alcohol

de tus besos,

de esas caricias de aquella noche

en que te ví sonreír

encima mío y recitando mi nombre entre

susurros nocturnos.

Podrían ser sueños profundos,

y sueños profanos a la vez.

Sueños prohibidos

de una noche en los umbrales

de la eternidad y el deseo.