La puerta que gira y gira


La puerta giratoria gira y gira,
jamás piensa en detenerse.
No es que se acabe la esperanza,
sólo se transforma en pesadillas
y en algo que nunca termina.
No dejes de seguir este ritmo,
hay que cosas que pueden ser peores,
como no tener el auto último modelo
ni el tan añorado viaje a otro país.
Sigue tus vibraciones,
deja de lado un poco ese aire,
siempre tan denso, tan tóxico,
tan desgarrador como tus pensamientos.
Sé que estás cansado,
con los pies sobre el cemento,
en la nada,
y que preferirías no despertar nunca.
Sé porque siento lo mismo,
y un dolor en el pecho.
Algo debe haber cambiado,
algo se perdió entre tanta negrura pasada,
entre cambios de coronas y unos cuantos billetes.
Piensa en cambiar tú primero,
para demostrar que el cambio se puede,
que la puerta puede dejar de ser giratoria
y que las estrellas también son alcanzables.
Derriba tus propias murallas,
levántate y quema todo lo que deja nada.
Pon tus pies sobre el agua,
sumérgete, cambia, y cambiaremos:
Se nos agota el tiempo y nuestra propia vida.