Ya llegará el día
en que nuestros sueños
finalmente se esfumen,
nos dejen solos y acobardados
frente a la vida,
y podremos ver cómo todos los
bebés del mundo mueren quemados
y nuestros padres acribillados
por el tiempo siempre perro.
Sabemos que será así, está
escrito,
en las estrellas, en sus
constelaciones,
en las palmas de nuestras
ensangrentadas manos
y en las raídas páginas de
nuestros diarios.
Somos lo suficientemente malos
como para seguir de pie,
somos esencialmente estúpidos
como para no hacer algo,
porque nos es indiferente la
vida del otro,
no queremos morir por temor a
lo que sigue,
por temor a pagar nuestros
errores en los fuegos eternos
[del mismo Infierno.
Aceptémoslo: no somos nada y
nunca lo seremos.
Jugamos a ser la persona
indicada, el protagonista de la historia,
sin embargo nos queda chico el
escenario,
o terminamos siendo unos
simple malos actores.
El fin se acerca, más rápido
que lento,
y podremos ver el fin de todo
esto,
los árboles en llamas,
nuestros pares pereciendo,
dejándonos al último lugar
para ver cómo nos hundimos
en toda esta mierda que
estamos creando.
Así será.
Así será.