Ya llegará el día

Ya llegará el día
en que nuestros sueños finalmente se esfumen,
nos dejen solos y acobardados frente a la vida,
y podremos ver cómo todos los bebés del mundo mueren quemados
y nuestros padres acribillados por el tiempo siempre perro.
Sabemos que será así, está escrito,
en las estrellas, en sus constelaciones,
en las palmas de nuestras ensangrentadas manos
y en las raídas páginas de nuestros diarios.
Somos lo suficientemente malos como para seguir de pie,
somos esencialmente estúpidos como para no hacer algo,
porque nos es indiferente la vida del otro,
no queremos morir por temor a lo que sigue,
por temor a pagar nuestros errores en los fuegos eternos
                                               [del mismo Infierno.
Aceptémoslo: no somos nada y nunca lo seremos.
Jugamos a ser la persona indicada, el protagonista de la historia,
sin embargo nos queda chico el escenario,
o terminamos siendo unos simple malos actores.
El fin se acerca, más rápido que lento,
y podremos ver el fin de todo esto,
los árboles en llamas, nuestros pares pereciendo,
dejándonos al último lugar para ver cómo nos hundimos
en toda esta mierda que estamos creando.
Así será.

Así será.

Ya no sé ni cómo llenar estas páginas

Ya no sé ni cómo llenar estas páginas, tan vacías, tan cutres, tan indiferentes a lo que pase por mi cabeza y trate de quebrantar mi espíritu. No toman en serio el dolor, ni la tinta que se derrama sobre ellas, tan cargada de palabras dolidas, mal paridas, siempre pidiendo cosas imposibles, muriendo para dar a luz otras tantas esperanzas tontas.

No sé cómo llenar estas páginas, tan transparentes, con palabras tan indecorosas, tan pesadas, como el amor americano y sus enlaces angelicales. Nunca supe cómo tener a alguien entre mis brazos, pero son estos retoques los que te traen hacia mí con un delicado andar, tiritando en la lejanía, temiendo ser descubierta por siempre.