No le gusta que la joteen, pero da chance para eso.
No tiene personas detrás de ella, sólo tiene grandes amigos.
Dice ser fea, que no es bonita: saca lo mejor suyo frente a la cámara donde pueda.
No le gusta que le mientan: miente por años y, para variar, te echa la culpa por eso.
Sus errores son tus errores, son tu cruz, son tu paga por ser el cabroncete de turno.
Trata de acudir a emociones fuertes para dar pena y todos crean que eres un energúmeno de mierda que no hace nada más que hacerle mal a la gente.
Critica cosas que ella misma hace.
Critica cosas que ya hizo.
Critica cosas que seguirá haciendo.
Pero no conmigo.

La Serena

Tratan de ocultar tus arrugas y tus cicatrices bajo las espesas capas de maquillaje que los chulos que te venden como la puta más barata arrojan sobre ti. Has sido pisoteada, eyaculada en la cara, en tus pechos, y nadie tiene el valor importante como para protegerte y detener que los demás te hagan daño. Se llenan la boca hablando de lo hermosas que eras cuando joven, de lo bien que bailabas el vals con los caballeros de antaño, pero te regalan en las orgías más indescriptibles aun cuando eres vieja y ya no puedes darle mucho placer a nadie. Porque te han desgastado, te han hecho trizas, te corrompieron con sus sueños de grandeza, de vestirte de plata y lentejuelas, cuando empezaron a cambiar tu austeridad por un pensamiento digno de tu hermana mayor, la ahora sepultada bajo escombros, sueños muertos y un montón de concreto, el material destruye vidas que todos nos vemos obligados a amar. Espero tu muerte pronta, sin más sufrimientos, pues ya nada te puede salvar de tu destino marcado hace años, y que tus supuestos héroes no hacen más que marcar más y más. No eres la única, mujer, diosa, puta, anciana, pues contigo se van las almas de quienes dieron la vida por ti y murieron olvidados por algo que ahora todos creen añorar. Lo lamento, en serio. Pero así es la vida: ya ha pasado tu momento. Tu gloria se fue lejos.