Ronronea
entre mis brazos,
nuestros
destinos pueden estar entrelazados.
Somos
locura que pierde el rumbo,
oro
que brilla cuando es oscuro.
Clava
tus uñas en mi
y déjame sentir tu lengua áspera,
que
llegue hasta mi corazón
y
que abra mis párpados
para
verte en la noche,
mientras
juegas a que duermes
y
planeas cómo romper la rutina de tus días,
de
tus semanas, de tus meses.
Es
ese incesante maullar tuyo
el
que me mantiene despierto,
queriendo
más, sentir tu nariz fría junto a la mía
y
compartir el calor de nuestros pelajes
y
compartir nuestros tejados,
el
brillo de la Luna y las estrellas
que
parecen menos misteriosas que
tu
esencia misma.
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