No puedes ser de libre
pensamiento, porque te tildarán de comunista o un picado a héroe al que nadie
le cree. Tampoco puedes elegir no creer en algo, porque o sino serás un maldito
satánico o un antisocial de primera. No puedes odiar a la gente, porque es feo
y genera resentimientos, pero si quieres a todos, te creerán alguien falso. No
puedes sonreír de la nada, porque o sino creerán que te estás riendo de ellos.
No puedes enamorarte de todas las mujeres como un solo género, porque serás
considerado todo un mujeriego. No puedes enamorarte de una mujer soltera y con
hijos, porque o sino todos dirán que quiere aprovecharse de ti y anclarte
problemas que no te pertenecen. No puedes nombrar lo malo de otros, o sino eres
un maldito crítico que no merece vivir. No puedes decir que el gobierno ni la
política están mal, o sino te apuntarán como un antipatiotra y un inconformista
de mierda que nunca está contento con nada. En fin, mejor quédate callado y
pasa desapercibido por todos. Así nadie te querrá ni te odiará. Fin.
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