Si
te veo en cada flor de mi jardín,
en
cada fruta de mi cocina,
en
cada grano de arroz de mi plato,
en
cada hebra de cabello suelta,
en
las gotas del rocío matutino,
en
las moléculas del aire nocturno,
en
mi sangre derramada,
en
cada rueda de los autos que pasan,
en
cada nota musical que eleva el viento,
en
esa vieja tonada nuestra,
en
cada una de nuestras nuevas costumbres.
Qué
si te veo en cada reflejo del sol,
en
el frío titilar de la Luna,
en
el suave ronroneo de la tetera.
Qué
si pienso en ti y cuento segundos,
cuento
horas, días, años.
Qué
si te veo en cada hoja de mi árbol roído.
Qué
si pienso en ti cuando respiro,
cuando
me relajo,
cuando
siento perder mis fuerzas para sonreír.
Qué
si no lo manejo y me muero.
Qué
si no lo manejo y pierdo el control
y
termino perdiendo.
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