Cerrar los ojos, sentir tu presencia cerca
mío, en tu respiración, explotar, desintegrarme, unirme con tus partículas,
formar una sola, única, secreta, brillante, y luego rendirme a los pies de la
noche. La Luna es mágica por donde la mires. Las estrellas cómplices. Y tú, un
reflejo de ellas.
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