Nuestra casa estaba en llamas,
nada lo podía detener.
Nuestras piedras han sido tiradas en puñados,
lo hemos perdido todo.
No hay ningún lugar donde ir,
ningún lugar donde descansar.
Lo hemos perdido todo
entre las llamas,
en ese alimento de demonios
malintencionados,
en ese nido de trémulos deseos,
en ese pozo de tanto odio.
Nuestra casa estaba en llamas,
yo mismo la vi arder frente a mi,
ante mis ojos, ante mis lágrimas.
Oh, querida, mi amor,
lo hemos perdido todo,
nuestros recuerdos,
nuestros deseos,
nuestros sueños y dilemas.
Hemos perdido nuestro punto de inicio
y perdido la línea que nos ejecutaba a cada vuelta.
Nuestra casa estaba en llamas,
por el amor de Dios.
¿Qué recuerdas tú de ella?
¿Te acuerdas de nuestra cama, de nuestras fantasías,
de nuestras lágrimas, de nuestras felicidades?
Lo hemos perdido todo entre las llamas.
Me duele haber sido yo el que hizo
arder los cimientos primero.
Pero más me duele que hayas
sido tú quién alimentó
ese fuego por tanto, tanto tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario