Tanto miedo a existir
me ha dejado enclaustrado
en estas adicciones,
al igual que el miedo a la luz
me ha dejado ciego
y el terror a hundirme
me ha incapacitado para levantarme
una segunda vez.
No soy el mismo de antes,
el que podía vivir sin temor
a funestas consecuencias,
al karma y la repetición.
No
Ahora prefiero refugiarme
en mi habitación oscura
y mis palabras que conforman
oraciones inconexas.
Le tengo miedo a la gente
y a mí mismo.
Sobre todo a mi mismo…
Sobre todo a mi mismo.
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