Me agradas con tus trajes
de oscuro terciopelo,
con tus ataduras
de metálico rojo intenso.
Me agradas y te apretujo
en mí,
en mi interior,
en mis deseos.
Soy un simple humano
y estoy ante ti para que me agrades
con un beso,
con un susurro,
sin prejuicios,
sin miedos,
en tu mundo
solos los dos.
Agárrame, tómame del brazo,
caminemos esta noche por
tus silenciosas y desoladas calles,
contándonos secretos que
ninguno de los dos sabe.
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