Qué daría

Ni la televisión ni la radio

Me quitan este pesar,

Ni el recuerdo de las olas,

Ni el sonido de las sombras

Al caer sobre nuestras camas.

Cómo decir tantas palabras que no

Han de ser nombradas,

Que sólo se deben murmurar

En sueños y pesadillas,

Que sólo se deben murmurar

En una angustiosa lejanía.

Qué daría por volver a sentir

Los árboles y tu voz enclaustrada,

Por volver a sentir tu pelo

Mecerse contra el viento

Al son de las últimas notas

De la mañana.

Qué daría por volver a cantar

Las viejas canciones que me daban alegría.

Qué daría por volver a llamarte

Amiga mía.

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